La trayectoria de un pez o camarón de alta calidad no termina en el momento de la cosecha. Al contrario, una nueva y crítica fase comienza: asegurar que toda la inversión en genética, nutrición y manejo se refleje en la frescura y seguridad del producto que llega a la mesa del consumidor. La logística y el mantenimiento riguroso de la cadena de frío son los eslabones que conectan el éxito de la producción con el éxito en el mercado. Cualquier fallo en este proceso puede resultar en pérdidas financieras significativas y, lo que es más importante, en daños a la reputación de la marca.
La cadena de frío es una secuencia de etapas de refrigeración, desde la recolección hasta el consumo, que tiene como objetivo mantener los productos del mar dentro de un rango de temperatura controlado, idealmente cerca de los 0∘C (32°F). Su importancia es multifacética. En primer lugar, desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, las bajas temperaturas inhiben drásticamente la proliferación de microorganismos deteriorantes y patógenos, que son los principales responsables de la descomposición y de posibles intoxicaciones alimentarias.
Además, el control de temperatura es fundamental para la preservación de la calidad sensorial del producto. Características como la textura firme de la carne, el olor suave y característico, la coloración vibrante y el sabor delicado dependen directamente del mantenimiento de la cadena de frío. La degradación enzimática y la oxidación lipídica, procesos que alteran negativamente estos atributos, se aceleran a temperaturas inadecuadas. En consecuencia, un producto que mantiene sus características originales posee un mayor valor de mercado, lo que justifica mejores precios y fortalece la lealtad del cliente.
Una cadena de frío robusta exige una atención meticulosa en cada etapa del proceso:
La complejidad de la logística en la acuicultura moderna exige más que buenas prácticas; requiere gestión de datos y control preciso. Es aquí donde un software de gestión como Despesca se convierte en una herramienta indispensable.
La plataforma permite la integración de toda la información de producción. Al registrar los datos de cada cosecha, como el volumen, el peso promedio y el estanque de origen, el sistema crea lotes rastreables. Esta trazabilidad es fundamental, ya que conecta la información del ciclo productivo (alimento utilizado, tratamientos, parámetros del agua) con los datos de la cadena logística.
Con Despesca, el productor gestiona el control de inventario de manera eficiente, aplicando el principio FIFO («First In, First Out»), asegurando que los lotes más antiguos se envíen primero. Además, la capacidad de registrar y analizar los costos asociados con cada etapa de la logística, como el hielo, el embalaje, el flete y el almacenamiento, permite una fijación de precios más precisa y la identificación de oportunidades para la optimización de costos.
En resumen, invertir en una logística y una cadena de frío eficientes no es un gasto, sino una inversión directa en la calidad, la seguridad y la mejora del valor de su producto. El uso de tecnologías de monitoreo y una plataforma de gestión integrada, como Despesca, capacita al productor para tener un control total sobre este proceso, asegurando que la excelencia alcanzada dentro de la granja sea la misma percibida por el consumidor final.