Para nosotros, los productores de camarón y peces, mantener un ojo en el mercado es tan importante como monitorear la calidad del agua de nuestros estanques. Las tendencias del mercado para camarón y pez no son solo modas pasajeras, sino cambios en el comportamiento del consumidor que, si se entienden y adoptan, pueden ser la clave para el crecimiento y la rentabilidad de la camaronicultura a largo plazo. Hoy, el consumidor está más atento, más exigente y más informado. Entendamos qué significa esto en la práctica, de productor a productor, aquí en nuestra región de Ceará.
El mercado global está en constante evolución, y la acuicultura brasileña, especialmente aquí en el Noreste, se posiciona como un actor estratégico. Nuestra capacidad de adaptación y de incorporar nuevas prácticas es lo que nos hará seguir creciendo. Las tendencias a continuación son un mapa para navegar en este mercado.
La primera y más fuerte tendencia es la creciente demanda de pescado de origen sostenible. Los compradores, tanto en Brasil como en el extranjero, quieren saber que el alimento que consumen fue producido de forma responsable, con el mínimo impacto ambiental. Esto va mucho más allá de una simple etiqueta; es una filosofía de trabajo.
La acuicultura sostenible moderna se centra en prácticas como el uso eficiente del agua, sistemas de recirculación, tratamiento de efluentes para evitar la contaminación y la utilización de piensos de alta calidad de origen responsable. La forma en que tratamos el medio ambiente se refleja en la calidad de nuestro producto y en la percepción del público.
Un punto a tener en cuenta son las certificaciones internacionales (como BAP y ASC), que, aunque puedan parecer un costo adicional, abren las puertas a mercados de exportación altamente lucrativos y valoran nuestra producción en el mercado interno, colocándonos en un nivel diferenciado.
Ligado a la sostenibilidad, el concepto de trazabilidad del camarón y pescado ha cobrado fuerza total. El consumidor moderno quiere tener la certeza de la procedencia de su alimento. Saber que el camarón que compra fue cultivado en una granja auditada, con buenas prácticas de manejo y sanidad, aumenta la confianza y la percepción de valor.
La transparencia, hoy, es una poderosa herramienta de marketing. Un código QR en el empaque que cuenta la historia de ese camarón —desde el origen de la postlarva, pasando por los parámetros del agua, hasta la fecha de la cosecha— crea una conexión única con el consumidor. Es aquí donde la tecnología entra como una aliada indispensable, proporcionando los datos necesarios para esta trazabilidad.
En un país continental como el nuestro, la valorización del producto acuícola fresco y local es una tendencia fuerte, especialmente aquí en nuestra región de Ceará y en todo el Noreste. Los consumidores buscan peces y camarones que llegan a la mesa con la máxima frescura, acortando la cadena de distribución y fortaleciendo la economía local. Esta es una gran oportunidad para nosotros, los productores, de construir una marca fuerte en el mercado interno y conectarnos directamente con nuestro público, ya sea a través de ferias locales o asociaciones con restaurantes y pescaderías.
La pandemia trajo una mayor conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable. El pescado y el camarón, ricos en proteínas de alta calidad y ácidos grasos esenciales como el omega-3, están en la cima de la lista de alimentos saludables. Comunicar estos beneficios es una forma poderosa de aumentar la demanda de pescado y posicionar nuestro producto no solo como una opción sabrosa, sino como un aliado de la salud. Es nuestra oportunidad de educar al consumidor sobre lo que producimos.
Finalmente, la innovación en la camaronicultura y piscicultura va más allá del manejo. La industria está atenta a los productos de valor agregado. Camarones precocidos, pelados, sazonados o pescados en formatos de filete y porción lista para el consumo ganan espacio en los estantes. Estos productos ofrecen conveniencia, que es algo que el consumidor moderno, con su rutina ajetreada, busca. Pensar en cómo entregar nuestro producto de una forma que facilite la vida del cliente puede abrir nuevas y lucrativas vías de negocio.
Todas estas tendencias se vuelven posibles con la tecnología. La transformación digital ya no es una realidad solo para las grandes empresas; ha llegado para nosotros, los productores. Sistemas de gestión como Despesca nos permiten centralizar datos, desde la calidad del agua hasta la alimentación, para tomar decisiones más asertivas. El comercio electrónico, el marketing digital y el uso de las redes sociales son herramientas que nos ayudan a comunicarnos con el consumidor final, vendiendo nuestro producto y construyendo nuestra marca, aquí mismo, desde Fortaleza y en todo Ceará.
Estas tendencias muestran que el futuro de la acuicultura reside en que nos adaptemos a un mercado que valora la calidad, la sostenibilidad y la transparencia. Para nosotros, los productores, esto significa usar la tecnología a nuestro favor, desde el estanque hasta el empaque, para garantizar que nuestro producto no solo sea el mejor, sino que el consumidor lo sepa. El desafío es grande, pero las oportunidades son aún mayores para quienes están listos para la modernización.